Desde principios de Septiembre y hasta final de Octubre se celebra en el marinero barrio de la Barceloneta una ruta de tapas donde la gamba es la principal protagonista, en la que por 5 euros te ofrecen una tapa basada en ese crustáceo y dos quintos o cañas de la cerveza que patrocina el evento. Se supone que es la primera iniciativa de este tipo de una serie de ellas, en las que se circunscribirá la ruta a un barrio o zona específica de la ciudad y las tapas tendrán un ingrediente principal en común, en principio con alguna relación con el barrio en cuestión.
Nosotros degustamos las ocho tapas de la ruta repartidas en un par de jornadas en una especie de "vermuteo" o aperitivo antes de la cena, o incluso como inicio de ella.
Empezamos en La Peninsular con su "Tortita de camarón", en una revisitación de la clásica tapa gaditana, aunque nos explicaron que la hacían más gruesa que lo que suele ser habitual y típico de aquellas tierras andaluzas. Como mi pareja no es muy amiga de la cerveza a solas, tuvieron la amabilidad de añadir un poco de refresco de limón a su vaso para hacer la tópica clara, algo que luego se repitió en todos los locales que visitamos menos en dos.
En la zona del barrio más de moda entre modernillos, hipsters y similares se encuentra el Filferro donde pudimos degustar su estupendo "Carpaccio de gambas con cítricos", y en el que la escasa luz que había en su interior me obligó a hacer uso del flash. En la salsa cítrica que acompañaba a las gambas en crudo destacaba el mango, que no es que sea muy de mi agrado normalmente pero en este caso me gustó bastante la combinación.
Ya haciendo esquina con el paseo marítimo en esa zona con el suelo de tablas de madera (será eso que llaman boardwalk en inglés) plagada de bares y restaurantes repletos de hambrientos turistas se encuentra el Santa Marta donde en una sala aún más oscura que la anterior nos sirvieron sus "Gambas en saor", en una elaboración típicamente veneciana (aunque la versión original suele estar realizada con sardinas) que podría decirse es un pariente más o menos lejana de nuestros escabeches. No estuvieron mal las gambas pero a mí me gustó más la abundante cebolla roja que la acompañaba.
Para terminar con las gambas por ese día acudimos al cercano Surf House donde nos hicieron esperar un ratillo (supongo que fueron cosas de la cocina en directo) para probar su "Quesadilla de gambas", en una elaboración clásica de la cocina mexicana, que nos gustó mucho. Además del preceptivo queso y unas magníficas gambas, la tortilla de trigo escondía pequeños trozos de cebolla y tomate en cruda que refrescaban el plato y aportaban un punto crocante muy agradable. Éste fue el único sitio en el que no se prestaron a prepararnos una clara ese día, ciñéndose estrictamente a la letra de la oferta que, eso sí, indica claramente que las bebidas serán dos botellines (o quintos) de cerveza. Por otro lado decir que nos sentimos muy agradablemente tratados por el personal del local, que lo cortés no quita lo valiente.
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Un día de la siguiente semana decidimos volver a tapear por la Barceloneta con la intención de completar la mitad de la ruta que nos faltaba.
Para ello acudimos a la plaza del Poeta Boscà, en la que muy cerca de la célebre Cova Fumada se encuentra la Bodega Fermín, donde probamos su "Ferminet de gamba con jamón ibérico". Se trataba de un trozo de muy buen pan tostado cubierto por hojas de lechuga y un par de gambas envueltas en lonchas de un estupendo jamón. Decir que nos pusieron una tapa a cada uno en lo que fue una constante de esta jornada, al contrario del día anterior en la que todas las tapas fueron a compartir.
Muy cerca y al lado de otro clásico de la Barceloneta, la Electricidad, se encuentra Cal Papi, en el que su autentiquísimo personal nos sirvió su "Montadito de tortilla de gambas con toque de ajillo", en la que fue la tapa más sencilla que probamos en esta ruta, aunque por otro lado debo decir que estaba muy rica.
Y supongo que no podía faltar la tapa por antonomasia de la Barceloneta, la bomba, que se supone fue creada en la ya citada Cova Fumada, y en esta ocasión fue degustada en La Fresca, a pocos metros del bar La Bombeta, otro clásico del barrio, donde nos ofrecieron su versión llamada "Bomba de gambas al ajillo con all i oli de tinta de calamar". Debo decir que no estuvo nada mal aunque casi me pareció más una croqueta que una bomba, y cabe reseñar también que aquí tampoco pudimos apartarnos del quinto de cerveza como sí habíamos hecho en casi todo el resto de locales.
Ya sólo nos quedaba el Nou Ramonet y su "Broqueta de gamba, pepino y tomate cherry con salsa de cítricos" para finalizar nuestro recorrido por las tapas de gambas de la Barceloneta así que hacía allí nos encaminamos. Un personal de lo más amable nos sirvió las bebidas en una de las mesas que tenían preparadas para la cena, incluyendo una botella de refresco de limón para que nos pudiéramos hacer nosotros la mezcla a nuestro gusto. Pensamos que nos la cobrarían aparte pero luego no fue así, o sea que darles las gracias por el detalle. La tapa era un pincho que ensartaba una gamba, un trozo de pepino, otro de piña (creo) y medio tomate cherry decorado con una salsa tirando a dulzona, en la que seguramente fue la tapa más pequeña del recorrido. Teniendo en cuenta que no me gustan demasiado ni la piña ni el pepino ya tenía claro desde el principio que esta sería la tapa que menos me gustaría pero me debo a mis fans e hice el esfuerzo por "vusotros/uztedes".
Como aún teníamos un huequecillo tiramos de más tópicos de la Barceloneta y nos acercamos a otro local celebérrimo, el Vaso de Oro, para picar algo más y acabar de cenar.
El lector asiduo de este blog habrá descubierto por sí mismo que nos gustan mucho las rutas de tapas y esta no ha sido la excepción, más cuando todas las tapas están confeccionadas con un elemento principal tan agradecido como son las gambas. Seguiremos atentos a la página web de la marca cervecera que ha patrocinado este evento para descubrir sus siguientes propuestas, a ver en qué barrios se celebran y cuál es el ingrediente en común que las hermana.
Adjunto el mapa con los bares que aparece en el folleto y en el que he modificado la posición errónea del número 6, Cal Papi.
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