viernes, 10 de marzo de 2017

Informal (2017)



 Aprovechando una nueva edición de la Restaurant Lover Week en la página de Atrapalo, decidimos darnos un capricho e ir a probar un restaurante de altos vuelos (y ya aviso que con precios en consonancia), asesorado/tutelado por el estrellado Marc Gascons (no aquí, sino en Els Tinars de Llagostera) y situado en el lujoso hotel The Serras del paseo de Colom.  El restaurante está situado en los bajos del hotel ocupando el lateral que da a la calle de la Plata, y está a la altura de la categoría de tan lujoso continente.
 Como es habitual en estos eventos, son menús a precio cerrado de 25 € a los que hay que añadir el IVA y las bebidas, por lo que muy rara vez se baja de los 40 €, pero aun así es una muy buena manera para gente como nosotros, con la cartera no demasiado llena, de conocer sitios de nivel a un precio, sino moderado, al menos controlado.
 En este caso tenían un menú con primero, segundo y postre, con tres posibilidades en cada apartado, por lo que siguiendo nuestra línea habitual de probar cuantos más platos mejor y siendo únicamente dos comensales, sólo nos perdimos un plato de cada una de las opciones.
 Ya la puesta en escena da muestra del nivel del local, con vasos de cristal tallado, cubiertos a medida y hasta un reposa-cubiertos como en los restaurantes japoneses, pero en su estilo propio. Mientras hacíamos nuestra elección y tomaban nota de las bebidas, nos sirvieron un aperitivo, con unos crackers, un pesto casero y una salsa de tomate de lo más sabrosos.

 El primer entrante que probamos fueron las alcachofas al vapor, espinacas, bulgur, apio nabo con vinagreta y trufa negra, una especie de ensalada donde tanto ingrediente no molestaba y se complementaban muy bien. Buen entrante, nos gustó mucho.

 Como mi pareja no es muy amiga de la carne roja nos saltamos la coca de roast beef aliñada con rúcula, kale, parmesano y aceite de trufa y nos decantamos en su lugar por los canelones de pollo de payés, Jabugo, bechamel suave de trufa y setas, en otro entrante de gran nivel y aún más gustoso que el anterior, cosas de la bechamel supongo. Ahora al escribir estas líneas veo que había trufa en todos los entrantes, marcando territorio.

 Por el mismo motivo que en el caso anterior nos olvidamos del lomo de ciervo a la brasa, tubérculos, jugo de especies y frutos rojos como plato principal, y empezamos con el arroz seco de salchichas y butifarra negra, que aunque era el plato con el enunciado más sencillo y menos ingredientes de todos los posibles, estuvo muy sabroso y también nos gustó mucho. Como se ve en la foto era de los de microcapa, con poco más de un grano de  grosor y los bordes tostaditos, aunque sin llegar al "socarrat", con unas viandas de campeonato.

 Y si hasta ahora todo nos había gustado mucho o muchísimo, la cosa aun mejoró con el plato de la noche, esta merluza de pincho a la vasca con aceite de ajos, guindilla, patata y pimientos del Piquillo, en un conjunto bañado con un adictivo aceitillo picante, que nos hizo solicitar que rellenasen la panera (por cierto, con unos panes estupendos, blanco, de olivas y con frutos secos). Tremenda no, ¡¡¡tremendaza!!!

 Como primer postre tomamos el flan de queso fresco, naranja amarga y, aunque venía anunciado con granizado de limón, nos llegó a la mesa con uno de algún fruto rojo (frambuesa diría). A  mi me gusta mucho este tipo de combinación y lo suelo pedir, pero en este caso la naranja amarga le aporta un toque impresionante.

 Por último pedimos el cremoso de chocolate con aceite de oliva virgen y flor de sal, en una revisión de la clásica merienda de la mayoría de los niños de hace décadas. Buenos los dos más que puntos de mousse de chocolate, mejores los trozos de bizcocho/galleta y la tierra de chocolate negra, pero sencillamente excelsa la bola de helado, estupendamente salpicada de sal. Fantástico final.

 Para acabar nuestros habituales cafés con hielo, a los que acompañaban unos bombones que la verdad es que palidecían delante del postre anterior.

 Nuestra mesa estaba enfrente de la cocina, con estas vistas.

 Para beber nos tomamos una copa de un verdejo llamado Menade, que ya habíamos probado, y otra de un albariño llamado Do Ferreiro, además de un par de botellas de agua. Cuando uno va a estos sitios ya sabe que el truco va a estar en el precio de las bebidas y más cuando ojeas la carta de vinos (que se puede consultar con precios en su web), pero me parece exagerado que cobren 3€ por una botella de agua de 33 cl y 3'50€ por un café, y calificaría como sangrante que la copa de Menade cueste 6€, y la botella 21€, cuando en una rápida búsqueda por internet encuentras la botella sobre los 7€ (y a ellos aún les saldrá más barata). Por completar la info: la copa de Do Ferreiro a 8€, la botella a 34€ y en internet sale por unos 13€. No por más que previsible menos denunciable, sobre todo los excesos con los vinos a copas.
 Como ya vimos el percal nos contuvimos en el tema del bebercio y al final la cuenta se quedó en unos asumibles 41€ por persona, gracias básicamente al competitivo precio del menú. No sabría decir si las raciones son completas y las mismas que si se piden a la carta, pero consultándola ahora en su web, las alcachofas están a 13'50€ (8€ la media ración), los canelones a 17'50€ (10'50€ la media), el arroz a 17'50€ y el pescado a 28'50€.
 De todas formas resaltar que disfrutamos de una cena impresionante, con unos platazos estupendos, todos ellos sin excepción, y con un servicio exquisito y muy amable. Si no fuera por el precio nos verían mucho más por allí, pero por ahora y hasta que no nos toque la primitiva tendremos que esperar a otra ocasión como esta.


Informal (Hotel The Serras)
c/ la Plata 4 (Pg de Colom 9)
08002 Barcelona 
931 69 18 69
de 13 a 16 h y de 19:30 a 23:30 h

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