miércoles, 30 de enero de 2013

Tasca i Vins (2013)

Miércoles de fútbol y por no movernos demasiado quedamos por el Borne y, tras algunas vueltas, acabamos en este restaurante, no sé si de cadena o franquicia, enfrente de la estación de Francia donde no es que se viva el partido pero al menos se puede ver. Tienen una de esas cartas interminables con multitud de apartados (ensaladas, bocadillos, tostadas, brasa, etc) que me agobian dada la infinidad de posibilidades que ofrecen y, para añadir más opciones, algunas hasta se pueden pedir en formato tapa o ración.
Para comer empezamos por un surtido de ensaladas (griega, rusa, alemana y esqueixada) bien presentado y que resultó de lo mejor de la cena a pesar de su previsible sencillez, ya que todas las ensaladas estuvieron a gran altura. Nos acogimos a una oferta de una tapa de jamón con pan de coca con tomate en lo que no convenció fue el pan, demasiado correoso. Seguimos con una tapa de tortilla de ajos tiernos servida en una minipaella de lo más curioso, igual que la butifarra a la brasa, las dos sin sorpresas, no para bien ni para mal. Por rellenar nos pedimos un montadito de frankfurt con mostaza y para acompañarlo todo una muy buena tostada de pan de payés, con su ajo y su tomate. Con todo esto nos bebimos una botella de vino blanco de la casa, que si bien no era gran cosa, no es menos cierto que a 4,85 € la botella seguro que tiene el récord de ser el vino más barato que he tomado nunca en un restaurante. Un flan, una copa Brasil y un café pusieron un digno colofón a nuestra cena que al final salió por algo más de 17 euros por cabeza.

Tasca i Vins
http://www.tascaivins.es/
Av. Marquès de l'Argentera, 13
08003 Barcelona
93 310 50 08  (si no sois muchos no hara falta reservar, creo)
No he visto horarios pero parece que están casi siempre abiertos

viernes, 25 de enero de 2013

Can Kenji (2013)


 Viernes noche y no sabemos donde cenar hasta que nos acordamos de Can Kenji, un restaurante japonés con claras influencias autóctonas (o sea de aquí) al que hace tiempo que no vamos y que nos había gustado mucho en ocasiones anteriores. Como no estamos por la zona llamamos para reservar mientras vamos de camino pero no lo conseguimos ya que no logramos que nos cojan el teléfono. Aun a riesgo de que estén de vacaciones o algo parecido y hagamos el viaje en balde, nos dirigimos hacía allí sin dejar de intentar contactar con ellos telefónicamente, infructuosamente eso sí. Al final comprobamos que están abiertos pero llenos y dado que no tenemos reserva nos ofrecen esperar en los bancos de la entrada hasta que se desocupe alguna mesa o algún sitio en la barra. Parece ser que llegamos en el momento de transición entre dos turnos de reservas de cena porque reiteradamente nos ilusionábamos al ver vaciarse una mesa, nos impacientábamos al ver que no nos la daban a nadie de los que estábamos en cola, y nos desesperábamos al ver que finalmente se sentaban en ella la pareja o el grupo que acababan de llegar, naturalmente con reserva, así que la moraleja está clara: ¡id con reserva o preparaos para esperar un buen rato! La espera se alargó tanto que llegó un punto que nos hubiésemos ido a cenar a otro sitio pero para entonces ya habíamos invertido tanto tiempo allí que irnos nos hubiese parecido perder el tiempo de manera lamentable, así que allí seguimos lamentablemente perdiendo el tiempo.
Al fin nuestra paciencia tuvo su recompensa y nos acomodamos en sendos puestos en la barra, en una especie de taburetes que, sin llegar a ser incómodos, sí que podrían ser algo más confortables con algo de apoyo lumbar o un reposapiés, por ejemplo. Por otro lado siempre está bien poder ver trabajar a los cocineros, y en este caso, con una lección de coordinación dada la sorprendente cantidad de gente que trabaja en esa diminuta cocina.
Además de la carta, que ya conocíamos de otras veces, suele haber una hoja manuscrita con los platos del día (o de la semana o del mes, no sé) a modo de recomendaciones del chef.

De esa última elegimos la sopa de miso con salmón, y que anunciaban como espesa o densa, no lo recuerdo, que estuvo muy bien y en gran cantidad, ya que nos costó acabarnosla a dos personas.

La ensalada de tartar de jurel con vinagreta de miso estuvo fantástica, aunque por un motivo de gusto personal, yo le hubiera quitado el sésamo que llevaba por encima, que me sobra casi siempre.

La caballa a la plancha marinada en soja y sake fue de lo mejor de la noche, un pescado sabroso y cocinado en su punto, acompañado por unas hojas de lechuga bien aliñadas.

Las albóndigas de shiitake y langostinos rebozadas en realidad no son tales, ya que son las citadas setas rellenas de langostinos picados y luego rebozado el conjunto, y venían nadando en una salsa similar a la que suele acompañar a las tempuras, y a mi me gustaron bastante aunque a mi acompañante no tanto.

Había leído muy buenas cosas del oniguiri de risotto de porcini a la plancha pero aún no lo había probado, y se demostró como un gran error por mi parte, ya que está buenísimo, se trata de unos triángulos de arroz de buen tamaño tostado por fuera y muy cremoso en su interior, que contiene trozos de "ceps" y que era rematado por un intenso a sabor a queso. Las tiras de alga nori sirven para cogerlos y aportan su peculiar textura y sabor marino, que los completaban, así como la salsa que los acompañaba, redondeando un gran plato.

Creo que siempre que hemos venido hemos pedido los fideos udon salteados con sepia y almejas, y es que además de estar muy ricos es lo más cercano a los yakisoba que tienen y que, para bien o para mal, son algo que nunca falta en nuestros ágapes japoneses. En esta ocasión eché en falta algo más de caldillo en el fondo del plato, pero de todas maneras estaban estupendos.

 De postres pedimos unas trufas de chocolate blanco y licor de yuzu que nos gustaron mucho pero de las que no hay foto (¡lo siento!) y lo bajamos todo con una botella de "Mes que paraules" blanco un vino del Pla de Bages bastante decente y que ya habíamos probado con anterioridad. Todo nos salió por algo menos de 30 euros por cabeza pero como siempre nos pasa, pedimos demasiada comida y podríamos haber pasado con algún plato menos. De todas maneras Can Kenji pude considerarse como uno de nuestros restaurantes japoneses favoritos por la calidad de su comida, por su razonable precio y sobre todo por su carta diferente, con propuestas que se apartan de lo manido sin olvidar lo clásico.
Can Kenji
http://www.cankenji.com
C/ Rosselló, 325
08037 Barcelona
934 76 18 23 (mucho mejor reservar)
Lunes-Domingo 13:30-15:30 y 20:30-23:00

viernes, 11 de enero de 2013

Rani (2013)

Nueva visita a nuestro restaurante indio de referencia, lo que tampoco es decir mucho, ya que venimos una o dos veces al año, y eso que nos gusta bastante, pero supongo que no encontramos el momento de volver tan a menudo como quisiéramos. En esta ocasión sólo somos tres los valientes que desafiamos a la fría noche barcelonesa para disfrutar de la sabrosa y especiada cocina de este local. (Aviso a los que no lo conozcáis que no es un sitio para venir con ropa de lana, punto o demasiado buena, porque el olor no se os irá en un mes.)
Como casi siempre pedimos un primero y un segundo cada uno pero luego lo compartimos entre todos, y si añadimos los platos de arroz para acompañar y los naan, también como casi siempre es demasiada comida pero para un día que venimos...¡pelillos a la mar! Y olvidaba los papadum del principio, que son esas obleas crujientes que sirven con tres salsas, una de ellas asesina por lo picante, para ir haciendo boca en plan aperitivo.
En la cuenta sólo salen los números de los platos y agrupados, con lo cual es difícil hacerse una idea de lo que comimos y cuánto costaba cada cosa pero escarbando un poco creo que lo he conseguido aclarar un poco. El nº 24 es el Panner Pakoda (4,35€), unos trozos de queso fresco rebozados que nos gustan bastante y solemos pedir, van muy bien para empezar. Seguimos con dos novedades para nosotros (las dos a 6,50€ cada una), ya que en los primeros solemos ir cambiando para probar cosas nuevas. El 62 es el Dalmakhni, unas lentejas fritas con nata, cebolla y más cosas que comprobamos que ya habíamos comido (bastante peores) en otro sitio de infausto recuerdo, y el 63 se llama Banghan Bhaji y era lo mismo que el anterior pero con berenjena. No estuvieron mal pero en estos guisos hindúes echo de menos encontrar más el sabor de los diversos ingredientes, ya que me parecen demasiado amalgamados y a veces no sabes si comes lentejas o berenjenas, salvo por la vista (y en ocasiones ni así, je).
Uno de nuestros fijos son las gambas Vandaloo (GV en la cuenta y a 13,50€), con una de las mejores salsas para mi del restaurante, bastante picante. El Murgh Jalfrazi (nº 32 a 8,50€) es un pollo que anuncian con pimienta, curry y picante, y resultó decepcionante no reconocer ninguno de esos sabores en la por otro lado sabrosa salsa que lo bañaba, no estaba mal pero no era lo que esperábamos. Y el 44 es un plato de cordero con salsa hindú y tomate llamado Lamm Karahi (9,50 €) que no llamó nuestra atención, bien sin más. Un plato de arroz basmati para cada uno para aprovechar como se merecían las diferentes salsas, y creo recordar que también pedimos tres naan, uno con queso, otro con cebolla y otro con ajo. Tres jarras de cerveza y una botella de agua grande nos ayudaron a trasegar todo esto y acabamos con los cafés y el habitual cóctel de cortesía de la casa, algo con mango que personalmente no aprecio por mi personal falta de cariño hacia dicha fruta.
La suma ascendió a poco más de 26 euros por persona y eso que como he dicho nos pasamos pidiendo comida, así que controlando un poco lo que se pide hasta se podría bajar la cuenta. Tienen varias cervezas indias de botella y las primeras veces las íbamos probando pero como no nos gustan especialmente (no están mal pero tampoco aportan nada diferente) y las cobran más caras, últimamente optamos por jarras de cerveza de barril.

Rani
http://www.restaurantehindubarcelona.es/
C/ Bailén 61 (esquina Diputación)
08009 Barcelona
93 244 05 76 (no está de más reservar)
Domingo-Jueves: 12,00-16,00 y 19,30-24,00
Viernes y Sábado: 12,00-17,00 y 19,30-01,00

sábado, 5 de enero de 2013

El Asador de Aranda (2013)


 Mi primo Ernesto había venido de visita unos días y como aunque él es de gustos bastante clásicos, las últimas veces le habíamos llevado a restaurantes "diferentes" o "étnicos", pensamos que en esta ocasión estaría bien llevarle a un clasicazo como es El Asador de Aranda. Por comodidad, mía básicamente, elegimos el local que esta cadena tiene justo encima de la plaza Urquinaona, que seguramente no será el más bonito, pero como personalmente no había estado en ninguno, tampoco era un aspecto que me preocupase en demasía.
Una vez allí, lo esperado, una decoración de posada castellana o como se supone que debería ser, y dominado por el horno donde se asan las diferentes viandas. El público mayoritariamente extranjero, algo normal dado su céntrica ubicación y sus nada moderados precios, algo que seguramente aleja a bastantes potenciales clientes autóctonos, más azotados por la crisis internacional que sus congéneres europeos, tanto centrales como orientales (mucho ruso por aquí). El servicio a la altura de las circunstancias, profesional y en ocasiones, bastante veterano, con solera como cabe esperar en un restaurante del mismo tipo.
Para comer pedimos unos primeros a compartir, una ensalada mixta muy completa, unos huevos rotos con morcilla más que suculentos y un surtido asador que llevaba pimientos del piquillo, picadillo, chorizos y más morcilla (sí, nos gusta mucho, ¿qué pasa?), que es todo un homenaje al colesterol, pero igual por eso mismo está muy rico. De segundos nos quedamos con unas chuletillas de cordero, un bacalao a la plancha y cordero al horno para los otros tres, todo muy bueno y en su punto, y unas patatas fritas nos hicieron de guarnición. Cayeron un par de botellas del vino recomendado de la casa, Vega Izan crianza, un Ribera del Duero que cumplió con creces su cometido, una copa de vino blanco y algo de agua, sólo pedimos un postre y cafés para todos, mención especial para el buen pan de hogaza, en positivo por su calidad y en negativo porque te lo cobran, pero bueno. Al final algo más de 40 euros por persona, nada barato pero eso ya lo sabíamos antes de entrar y, por lo menos todo estaba bueno.


El Asador de Aranda
http://www.asadordearanda.com/
C/ Pau Claris 70
08010 Barcelona
933 425 577
Cerrado Domingos tarde/noche


viernes, 4 de enero de 2013

Bouzu (2013)


La verdad es que escribo esta reseña mucho tiempo después del viernes que cenamos en este restaurante de tapas japonesas, como ellos mismos se anuncian, de la ronda Sant Antoni, y me perdonaréis, dada mi ya no tan corta edad, que mis recuerdos se vean más que alterados, prácticamente eliminados por completo. De hecho y para evitar estas situaciones, nació la idea de este blog, para servir de recordatorio personal (y si le sirve a alguien más pues mucho mejor) de lo que uno había comido en los sitios a los que se acude por primera (o primeras) vez. Claro está que si no se anota más o menos rápidamente lo sucedido una noche, es proporcionalmente más difícil según el tiempo transcurrido.
Aún así consigno aquí la positiva impresión que me causó este pequeño restaurante japonés, casi una tasca venida a más, sin llegar a impresionarme como en otros locales de esta nuestra ciudad. Por establecer un par de odiosas comparaciones, sería una cocina tipo Can Kenji pero sin llegar a su nivel, o una tasca japonesa como Machiroku (¡a la que adoro!) pero algo más adornada (lo que tampoco es complicado). O sea bien, sin llegar al excelente ni poder excusar sus defectillos con aquello de ser "campechano".
Repasando la cuenta recuerdo unas buenas albóndigas de pollo, unos yakisoba como siempre resultones y un oniguiri (sí, yo no escribo "onigiri" porque no lo pronuncio así) al gorgonzola que gustó mucho a mi acompañante. Buscando en sangoogle he recordado que el hijiki es una especie de ensalada de algas de peculiar sabor y textura que me gustó bastante, aunque entiendo que no sea nombrada plato del mes por ningún jurado popular (con los otros todo es posible) del mundo. Conociendo nuestros gustos supongo que lo del atún debe ser tataki o algo similar y lo de primavera no tengo ni idea de lo que es, así que a ver si volvemos y hago memoria, o al menos, me copio de la carta.
Sí recuerdo al servicio muy rápido y voluntarioso y el espacio aprovechado hasta el límite de lo confortable, con las mesas muy, muy juntas. En resumen diría que fue una buena experiencia y que repetiría si estuviera por la zona, que no sucede muy a menudo, pero no me marcó lo suficiente para apuntarme su teléfono en la memoria del teléfono. ¡A ver si le damos otra oportunidad!

 
Bouzu
http://www.bouzu.es
Ronda Sant Antoni 26
08001 Barcelona
934 43 32 26 (no precisa reserva pero no está de más)
D-J: 13,30-16,00 y 20,30-23,30
V-S: 13,30-16,00 y 20,00-24,00