sábado, 9 de septiembre de 2017

La Estrella (2017)


 Sigo recuperando reseñas antiguas, a medio escribir desde hace meses, y en esta ocasión le toca el turno a este pequeño y casi escondido restaurante, situado al lado de la estación de Francia y que es uno de nuestros favoritos, aunque no lo visitamos tanto como debiéramos, y que ahora compruebo con sorpresa que no lo tengo publicado en el blog. Supongo que en parte es porque lo tenemos bastante a mano y siempre lo dejamos para "otro día" y ese día tarda en llegar, y por otra parte creo que le perjudica ser un restaurante "normal", por lo que se queda para cuando no tenemos antojo de japonés, o de mexicano, o de vaya usted a saber lo que nos apetece en ese momento.
 Diría que esta fue la primera vez que íbamos después de la merecida y necesaria renovación estética que le han dado al local, más en la línea de decoración nórdica que se ha puesto de moda. Otra moda moderna que han adoptado es la de servir agua filtrada, ¡y cobrarla!, que ya no sé qué es peor, si esto o que los restaurantes sólo tengan botellines pequeños de agua y los cobren a precio de oro.
 Como ya conocíamos la casa, le hicimos un caso relativo a la carta, ya que ya sabíamos que al poco vendría el propietario a cantar a pie de mesa los platos del día, siempre muy apetecibles y en amplia variedad de propuestas, tal que hace que cuando acabe la retahíla ya le estés pidiendo que te recuerde de nuevo los primeros que ha cantado. No se indican los precios, pero salvo raras excepciones con productos muy top, están en el mismo rango de precios que los de la carta por lo que tampoco te llevas sorpresas desagradables a la hora de pagar.

 Como aperitivo nos sirvieron estos canapés de queso fresco con champiñones, frescos y sabrosos, aunque eso sí, nada glamurosos.

 Para seguir, pero ya a petición nuestra llegaron las croquetas de ceps, con una textura cremosa y de magnífico sabor, aunque como personalmente soy un entusiasta de las setas, tengo que reconocer que mi criterio está bastante sesgado.

 Aunque pedimos dos primeros y dos segundos, ya avisamos que era todo para compartir y nos fueron trayendo los platos de uno en uno. Empezamos con la ensalada de alcachofas, jamón de pato y foie que nos gustó mucho, pero es que si los ingredientes son de calidad como es el caso de esta casa, es bastante fácil acertar.

 Siguiendo con mi particular obsesión con las setas pedimos el revuelto de bacalao y trompetas de la muerte, como una tortilla de bacalao enriquecida por las setas. No recuerdo de que era el crujiente ni si le aportaba al plato algo más allá del aspecto visual.

 El primer plato principal que llegó fue la merluza rellena de vieiras y envuelta con papada ibérica, muy, muy rica, en una elaboración ya clásica de la casa, aunque su especialidad son los bacalaos y siempre hay unos cuantos para elegir.

 El otro plato principal que tomamos fue el atún a la plancha con sal ahumada y tomate confitado, con un gran producto pero en una preparación más sencilla.

 Donde suelen dar rienda suelta a la creatividad en esta casa, es en el apartado dulce, con cosas muy sorprendentes. En esta ocasión no arriesgamos demasiado y tomamos un único postre a compartir, que fue el helado de queso de cabra, una variante curiosa y que nos gustó bastante.

 Para beber tomamos un par de copas de vino blanco y una de tinto, ambos de la casa, y la botella de agua ya mencionada, y terminamos con nuestros habituales cafés con hielo. Sé que cuidan el tema del vino y tienen una carta inusual pero atractiva, pero ya se ve que nosotros no le hacemos demasiado aprecio, en gran medida por falta de paladar.
 La cuenta al final nos quedó por unos 47€ por persona, que no nos pareció caro dado lo bien que comimos, sobre todo gracias al excelente producto con el que trabajan, y la exquisita atención de la que fuimos objeto. Diría que siempre que he ido ha estado el mismo personal, lo que da señal que se trata de un restaurante familiar con la implicación e interés que ello conlleva, por lo que lo seguiremos teniendo en cuenta para esas ocasiones en las que queremos celebrar algo, dándonos un capricho disfrutando de su estupenda cocina de mercado


La Estrella
http://www.rst-laestrella.com/
c/ Ocata 6
08003 Barcelona
933 102 768 (mejor reservar)
De Martes a Sábado de 13:30 a 16 h y de 20:45 a 23:30 h