viernes, 14 de febrero de 2020

Parellada (2020)



Sexto y último post de visitas a restaurantes que ven la luz meses después de la noche en cuestión.

Estábamos de celebración y decidimos volver a un restaurante que nos gusta mucho y que, por cosas que tiene la vida, hacía bastante tiempo (y algunos años también) que no íbamos. Supongo que es lo que tiene que sea un clásico que sabes que siempre estará ahí (aunque luego no es tan seguro y te llevas desagradables y tristes sorpresas), y que además nos pilla relativamente cerca de casa, ahondando esa sensación de pensar: ya iremos otro día que no se nos ocurra nada nuevo o que tengamos pereza en desplazarnos más lejos.
La puesta en escena es sencilla pero elegante, con buenas servilletas personalizadas y vasos azules.

La carta es suficientemente amplia para todos los gustos, aunque hay algunas propuestas que se repiten en la sección de tapas y la de platillos, cuestión de tamaños.

Como aperitivo mientras decidíamos que pedir para cenar, nos trajeron estas olivas con encurtidos. 

Empezamos con la bomba del Born, que, a pesar del nombre, no es una sino dos y que fueron servidas así, desnudas, sin salsa, y que tras un pequeño momento de espera para ver si la traían, las abrimos y nos dimos cuenta que la salsa estaba en el interior. Nos parecieron muy buenas una vez repuestos del desconcierto inicial.

"Paperina" de patas de calamar, una tapa sencilla, clásica y siempre resultona.

Cazuelita de callos, otro clásico del tapeo en su versión reducida, ya que tienen otra mayor y que cuesta casi el doble en la sección de platillos. Aunque los trozos eran un poco grandes para nuestro gusto, eso es algo que tuvo fácil remedio con un poco de paciencia y la ayuda del cuchillo. Nos gustaron mucho.

El fricandó de alcachofas fue el rotundo triunfador de la noche, un sabrosísimo guiso con una salsa poco menos que adictiva. Nosotros al menos no echamos en falta la carne en este estupendo plato.
 
Para acabar la parte salada de la cena, pedimos el morro de bacalao con garbanzos y espinacas, y que además de los ingredientes ya mencionados, traía un huevo que sirvió de magnífico complemento. Otro muy buen plato que, junto con los callos y el fricandó, nos obligaron a pedir más pan para dar buena cuenta de las salsas, todas estupendas, pero con especial mención para la del fricandó.

De postres pedimos un mosaico de frutas, que no era más que una serie de trozos de fruta puestos en el plato, una especie de macedonia "escampada" a la que nos pareció que le hubiese sentado bien algo de líquido, como un poco de zumo de naranja o de jarabe.

Para beber tomamos un par de copas de vino, un agua con gas y nuestros ya consabidos cafés con hielo, para dar un total en la cuenta de 35€ justos por cabeza, un precio más que justo para esta casa de comidas clásica del Born, con un recetario tradicional pero puesto al día.


Parellada
c/ Argenteria 37
08003 Barcelona
tlf 93 310 50 94 (obligatoria reservar en fin de semana)
todos los días de 13 a 16 y de 20 a 23:30 h.