lunes, 31 de octubre de 2011

La Vinateria de Verdi (2011)

traído desde Flickr

Para celebrar el cumpleaños de Salim nos fuimos a este restaurante de Gracia al que hacía mucho tiempo que queríamos ir pero nunca encontrábamos el momento. En principio era un menú degustación a 32 euros por persona pero en la cuenta no hay referencia a nada de eso. En cambio lo que que vivimos fue un festival de platos a cada cual más rico que el anterior y con una cantidad global de comida muy por encima de lo recomendable, pero un día es un día y como dice aquel, que nos quiten lo bailao. Además fuimos objeto de un trato muy cercano y amable por parte del encargado/camarero/dueño que resultará en que volveremos sin duda a este restaurante.

Pan tostado con tomate. Bueno, y como al principio estuvo bastante rato sin compañía, al final nos lo fuimos comiendo solo que ya empezaba a haber hambre. Tanto es así que cuando llegaron los platos de jamón, muy bueno por cierto, no me dió tiempo (de hecho ni me acordé) de hacerle la foto.

El vino que nos pusieron fue este reserva navarro del 2003, que no debía estar muy malo ya que nos bebimos 7 botellas entre 10 personas, y eso que alguno/a casi ni lo probó, así que hacer vuestros cálculos. Por si le interesa a alguien, también nos bebimos 4 botellas de agua.

Al foie llegué a hacer la foto por los pelos como podéis ver, cuando sólo quedaba una lámina. Lo acompañaba un buen pan tostado y una confitura de fresas que gustó bastante aunque a mi no me convenció, pero es que yo el foie lo prefiero sin 'aditivos'. A los que no llegué a hacerles la foto fue a los cogollos con un refrito de ajos por encima, ricos, ricos.

Estupendo estaba este bacalao ahumado bañado en gran cantidad de aceite de oliva y con una guarnición de cebolla cruda, de vicio. Luego, y tras alabar este plato, nos recomendaron las croquetas de bacalao y nos trajeron una a cada uno, de buen tamaño, de las que no hay foto (es que estaba demasiado ocupado para hacerles la foto, ¡y si me descuido no las pruebo!), y que estando muy buenas, en mi opinión no le hicieron ni sombra al ahumado.

Como veis también llegué algo tarde a fotografiar la chistorra, rica, rica, con rebanadas de pan debajo que empapaban la grasilla que soltaba el embutido.

Como último entrante llegó la piperrada, unas cazuelas con pimientos y huevos más que contundentes. De hecho, y a estas alturas, tal vez demasiado. Para resaltar aún más el exceso en la cantidad de comida debo añadir que nos trajeron 3 raciones de cada plato, algo pensado para 12 personas, aunque nosotros sólo éramos 10.

Por si acaso no estábamos muy llenos, 8 de nosotros decidimos acabar con esta sabrosa chuleta de buey, que por lo menos no era muy gruesa, acompañada por champiñones. Aunque en nuestra defensa  he de decir que pedimos los segundos antes de saber siquiera lo que íbamos a comer de primero.

Por una vez pedí la carne poco hecha en lugar de mi tradicional 'al punto' y acerté plenamente, ya que la carne se mostró tierna y gustosa.

Confit de pato. Como siempre, Vero pidió el pato, en este caso tres muslos confitados con pimientos de piquillo de guarnición.

Y la no carnívora se decantó por el bacalao al ajoarriero. Lo probé y no estaba mal pero ni punto de comparación con la chuleta, y eso que soy un fan acérrimo del bacalao.

Para bajar la cena a los navarros no se imaginan nada mejor que un poquito de pacharán.

Bueno, no tan poquito ya que nos dejaron en la mesa la botella, a la que le hicimos los debidos honores.

Según nuestro anfitrión, esto era para acompañar al pacharán, pero para mí que se trata de un postre en toda regla, generosas porciones de leche frita y trufas de cacao realmente apetitosas, y apetecibles si no hubiera sido por la tonelada de comida que llevábamos ya a cuestas.

Y por si con lo anterior no fuera suficiente añadió un par de platos de queso curado, tremendo, y membrillo, que no probé. Para que os hagáis idea de lo hartos que estábamos sólo decir que sobró de todo, de los postres me refiero, claro.

Para rematar la faena nos fuimos al cercano Cambalache donde nos guardaban el pastel de cumpleaños de Salim, pero ya no nos cabía casi nada, por lo que lo compartimos con los camareros y algunos clientes del local. Por cierto aunque girase los números todos sabemos que cumplió 42 primaveras. ¡¡¡Por muchos años!!!

Al final subió a unos 37 € por cabeza más la propina, pero dada la cantidad y la calidad de toda la comida, no es excesivo, y si en lugar del festival pantagruélico que nos metimos se va con algo más de calma saldrá bastante más barato. Como veréis en la cuenta no están ni las croquetas de bacalao, ni las piperradas y el dueño nos dijo que nos invitaba a las dos últimas botellas de vino, a los cafés y al pacharán y sus acompañantes.

La Vinateria de Verdi
http://www.lavinateriadeverdi.com/
Verdi, 138
08012 Barcelona
93 188 16 88 (nosotros siempre reservamos pero es que solemos ser un grupo grande)
Martes a sábado de 20.00 h. a 00.30 h
Domingos mediodía de 13.30 h. a 16.00 h.

viernes, 7 de octubre de 2011

Tempura Ya (2011)


Traído desde Flickr



Esta es la segunda ocasión en la que visitamos este restaurante japonés y que tanto nos gustó en la primera visita. Esta vez nos pasamos pidiendo comida y eso hizo crecer la cuenta algo más de lo normal. Me olvidé de hacer la foto de los niguiris pero por lo menos es de los platos más vistos y conocidos de la cocina japonesa por lo que os los podéis imaginar.

Yaki Udon. Fideos udon, más gruesos que nuestros habituales yakisoba, con almejas, shitakes y cebolleta, y con una salsita de lo más sabroso.

Sardinas en escabeche. Un entrante que por el precio supusimos que sería más pequeño de lo que realmente era en realidad (en la cuenta viene bajo el nombre de Iwashi Nanban), traía unos 8 o 10 filetes de sardina rebozada y en un escabeche muy suave, tanto que al final hasta me bebí el liquido avinagrado. Muy buenas.

Takoyaki. Utimamente me he aficionado a este plato y lo pruebo en todos los japoneses a los que vamos. En la carta viene anunciado como bombas de pulpo aunque en la mayoría de sitios es más habitual que lo traduzcan como buñuelos de pulpo. Se trata de un trocito del citado animalico en medio de una bola de masa y luego se reboza y frie el conjunto. Bien pero no son los mejores que he probado.

Tempura Moriawase. Entre la variedad de tempuras que ofrece la carta nos decantamos por la más completa, pero nos encontramos con la desagradable sorpresa que no parece que esté pensada para compartir sino para una persona sola, y así sólo hay una porción o a lo sumo dos de cada ingrediente, con lo que uno prueba el calamar, otro el pescado blanco, otro la zanahoria,etc. Bien de sabor pero la hubiesemos preferido en pociones más pequeñas para poder repartirnosla mejor.

Ebi Tempura Uramakisushi. Pedimos este plato de sushi invertido (con el arroz por fuera) con langostino rebozado en su interior y me acordé tarde de hacerle la foto, ya que inicialmente había doce porciones repartidas en tres grupitos, y en la foto sólo se ven aproximadamente la mitad. Además pedimos un par de niguiris cada uno de los que no hay foto, nuestra elección fueron dos de anguila, dos de vieria, uno de atún y uno de gamba dulce. Bien todos.

Cazuelita de salmón. En la cuenta viene reflejado como "Chan chan", y se trata de un guiso de salmón con verduras y una adictiva salsa de miso picante que ya conocíamos de nuestra anterior visita, tanto es así que pedimos un bol de arroz blanco para poder disfrutar más y mejor de la citada salsa. Lástima que a esas alturas ya estabámos bastante llenos porque es un plato realmente muy recomendable.

Para bajar la comida pedimos dos cervezas Asahi, que personalmente no conocía y que me gustó bastante, una cocacola y un agua, y acabamos con tres cafés con hielo. Todo en un buen ambiente, relajado sin llegar a resultar lento, y con un muy buen servicio, atento y discreto, y que al final nos costó algo más de 33 euros por persona. Un buen restaurante japonés que sin ser barato no me parece nada caro.

Tempura Ya
Muntaner 153
08036 Barcelona
93 419 31 82 (casi obligatorio reservar)