sábado, 11 de febrero de 2017

Aiueno (2017)


 De nuevo teníamos mono de japonés e intentamos, como de costumbre infructuosamente, reservar en Can Kenji, pero entonces recordé haber leído en algún sitio que habían abierto otro restaurante justo enfrente, y como allí sí que conseguimos reservar con éxito, hacia él que nos fuimos.
 La puesta en escena es similar al de su hermano mayor, con utillaje muy sencillo y nada lujoso, y la sala creo que es la más extraña que he visto nunca en un restaurante. A la entrada hay una pequeña zona con taburetes y una barra pegada a la pared, luego está la mesa que hace de recepción y unos escalones que bajan a la pieza principal. En ella, a la derecha hay una mesa triangular (¿?) para unas diez personas, y a la izquierda está la barra baja con capacidad para otras ocho o diez personas. Al fondo se ve la cocina, donde ofician dos o tres cocineros.

  Pasemos a lo que nos importa y nos ocupa, que es qué se come aquí. Empezamos con unas sardinas en escabeche, en concreto cinco especímenes de buen tamaño en un suave escabeche, como suelen serlo los japoneses. Nos gustó.

 Seguimos con los canelones falsos de crujiente de ceps. Se trataba de unos canutillos de pasta filo o de hojaldre, con un relleno de setas muy sabroso.

 Continuamos con la ensalada de tataki de atún, con el atún muy poco hecho y bastante crudito por dentro, como nos gusta.

 Entre todas las opciones que tienen de sushi, vimos a los comensales de al lado comer este surtido de sushi superior (7 piezas), y nos entró por los ojos: De izquierda a derecha: niguiris de toro, salmonete, calamar, gamba roja, gunkan de erizo de mar, uramaki de setas guisadas y niguiri de anguila. A destacar el de toro (¡cómo no!) y el de anguila; buenos pero más "normales" el de calamar y el de gamba. También me gustó y me sorprendió el de salmonete, que diría que no había probado antes. No destaco el de erizo porque no es un producto al que le tenga especial aprecio, pero también era de categoría. Tal vez el más flojo el maki de setas, al que no le supe ver la gracia.

 Sin duda el plato que más recordaré de esta cena serán los shumai de langostino, cerdo y vieira al vapor. Los shumai (o shaomai) son un típico entrante chino, perteneciente al grupo de los dim sum como los jiaozi (las gyozas japonesas). Suelen ser unos saquitos de pasta rellenos de verduras y carne o pescado, pero en este caso que nos ocupa el envoltorio era una especie de nido hecho con fideos. Nos encantaron, tanto la pasta de fuera como el relleno de langostinos y carne picada, con un trozo de vieira magnífico para coronarlos. Para repetir en cuanto volvamos.

 Como aún nos quedaba un hueco y no nos van demasiado los postres japoneses, decidimos pedir unos niguiris más para dar por finiquitada la cena. Los elegidos fueron uno de toro, dos de caballa y otro de gamba roja. ¡Gran manera de terminar!

 Para beber tomamos un par de cervezas y un agua lo que nos llevó a una cuenta final que ascendió a unos redondos 27 euros por cabeza. No me parece caro si tenemos en cuenta que casi la mitad del total se nos fue en sushi (más de 22€), que siempre hace subir bastante la factura, y por tanto se podía haber aligerado si hubiésemos pedido más platos "de cocina", pero es lo que tiene ir de caprichos. Por otro lado también es cierto que no bebimos vino ni tomamos café, por lo que la cuenta puede elevarse si se opta por ellos.
 En resumen se trata de otro muy buen restaurante de la familia del Can Kenji, tal vez algo más puro, más japonés, con menos guiños a la cultura y a la cocina locales. Otro sitio que añadir a la lista de habituales, que a este paso ya no pueden serlo, habituales digo, de lo larga que es.


AIUEnO
http://aiueno.com/
c/ Rosselló 296
08037 Barcelona
Tlf 933283711 (mejor reservar)
de lunes a sábado de 13 a 15:30 h y de 20 a 23:30 h