viernes, 26 de septiembre de 2014

Bouzu (2014)



 Es ya la tercera o cuarta vez que visitamos este pequeño restaurante japonés situado muy cerca del mercado de Sant Antoni y la segunda que publico una reseña sobre él (aquí está la primera), esta segunda motivada sobre todo porque por fin nos acordamos de hacer fotos de la comida.
 Como ya comenté en mi anterior crónica se trata más bien de una tasca que de un restaurante, con la informalidad que ello supone, y con un servicio sumamente ágil que intenta inocular su rapidez en los comensales a los que atienden. No es que te echen de la mesa en cuanto acabes pero, si no eres de los últimos, tampoco es que alienten las largas sobremesas. Las mesas están algo más juntas de lo que sería recomendable pero la escasez de espacio de la diminuta sala tampoco es que permita muchas alegrías en ese aspecto.
 La carta plastificada incluye una primera página con seis o siete platos del día, y junto a ella te dejan en la mesa un lápiz y una hoja en la que apuntar los números de los platos elegidos, mientras te sirven las bebidas. En esta ocasión tomamos uno de esos clásicos refrescos de cola y una estupenda cerveza japonesa "Asahi" (¿a qué adivináis qué es lo que tomé yo?). En el cubilete de plástico blanco que se intuye a la derecha de la foto están las servilletas de papel y los palillos desechables de madera.

 Empezamos con las albóndigas de pollo con salsa teriyaki, acompañadas por unos trozos de pimiento rojo y de setas, que diría que eran shiitake. Las albóndigas estaban buenas pero lo de salsa era un escándalo, tanto es así que pedimos un bol de arroz blanco para poder dar buena cuenta de ella, y es que lo único malo que le encuentro a la cocina japonesa es que no tengan pan, pero ya se sabe que cuando no hay pan, bueno es el arroz.

 Seguimos con una de nuestras debilidades como son las gyozas o empanadillas de cerdo, pollo y verduras, aunque en esta ocasión las acompañaron de una salsa de miso en lugar de nuestra venerada salsa de soja con vinagre. Decir que cuando hice la foto ya nos habíamos comido una empanadilla de las cinco que componen la ración. Bien las gyozas y no tanto la salsa, clásico que es uno.

 A continuación hizo su aparición en la mesa el oniguiri de gorgonzola y miso, una especie de bola de arroz hervido prensado y mezclado con los ingredientes ya citados, en un plato típico japonés aunque nosotros sólo hemos probado éste y el de Can Kenji, y en los dos casos diría que están bastante adaptados al gusto de aquí, ya que está meridianamente claro que ni el gorgonzola de esta versión ni los ceps que usan en la de Can Kenji, son representativos de la cocina nipona. En todo caso decir que nos gustó mucho este plato.

 El pez mantequilla marinado en miso a la plancha era bastante minimalista en su presentación pero nos gustó bastante a pesar de su sencillez. Lástima que no le haga justicia la foto, que como el resto está hecha con el móvil y sin usar el flash, pero es que está además está algo desenfocada, lo siento.

 Por último no faltaron a nuestra cena los inevitables fideos yakisoba, esta vez con marisco y con tiras de jengibre encurtido coronándolos, algo que sé (aunque no comparto) que no agrada a la mayoría de los mortales.

 Tomamos una segunda ronda de bebidas que constato con sorpresa que no se vieron reflejados en la cuenta final que, dada nuestra nula afición a los postres japoneses y su nula disposición a servir cafés (aunque sí sirven tés japoneses), se quedó por debajo de los 20 euros por cabeza, un precio de lo más competitivo y creo que el más barato que hemos pagado nunca en este lugar. Claro que en otras ocasiones hemos tomado vino, lo que encarece claramente la suma final, y en alguna otra hemos sobreestimado nuestro apetito, pidiendo más comida de la estrictamente necesaria. Con ello quiero dejar claro que salimos totalmente satisfechos tanto de la cantidad como de la calidad de los platos que pudimos probar, como siempre.
 En resumen se trata de un sitio sencillo donde poder disfrutar de una buena comida japonesa sin demasiados lujos, lo que se ve reflejado en unos precios moderados y asequibles.

 Al salir descubrimos que también disponen de la opción de servir la comida para llevar, algo que a nosotros no nos interesa demasiado ya que no vivimos por la zona, pero que puede ser interesante para los aborígenes. Los precios son los mismos que los de la carta como se puede comprobar al compararlos con los de la cuenta y también sirven "bentos", esa especie de fiambreras típicas con compartimentos en las que preparan comidas completas. Aquí os dejo el folleto.


Bouzu
http://www.bouzu.es
Ronda Sant Antoni 26
08001 Barcelona
934 43 32 26 (no reservan para dos personas pero no está de más para grupos mayores)
D-J: 13,30-16,00 y 20,30-23,30
V-S: 13,30-16,00 y 20,00-24,00