sábado, 9 de marzo de 2013

El Racó d'en Cesc (2013)


 Continuamos aprovechando la celebracion de la Restaurant Week 2013 y acudimos a este restaurante del que teníamos pocas referencias, por no decir ninguna y que parece ser que es poco menos que un clásico de nuestra ciudad, falta de cultura gastronómica que tenemos algunos, supongo.
 Ambiente bastante clásico, como digo, tanto la decoración, la puesta en escena y hasta la indumentaria de los camareros, un sitio de los de antes, vamos.

 Excelentes panecillos que repusieron a voluntad, nuestra claro. De verdad muy buenos.

 El aperitivo era una crema de foie sobre unos dados de melocotón y un crujiente, no recuerdo de qué, que lo coronaba. Estuvo bien sin entusiasmar.


 Tras ojear la amplia carta de vinos dejamos la elección de un vino blanco en manos del sumiller, que tras escuchar nuestras preferencias, nos aconsejó este "Mas d'en Pol Blanc" del Celler Xavier Clua de la Terra Alta (19 €), que tras unas dudas iniciales acabó convenciendo. Con el tinto fuimos más a lo seguro optando por un viejo conocido, el Enate Crianza del Somontano, a 19,50 €. Decir que eran de lo más barato de la carta, con gran variedad, organizada por países y que, curioseando en ella, vimos que llegaba hasta los 1450 euros de un tinto francés (si tenéis curiosidad se puede consultar en su página web).

 En el menú que ofrecían con la oferta de la Restaurant Week había cuatro primeros y cuatro segundos a elegir. Dos de mis compañeros de mesa se decantaron por la ensalada de langostinos con mozzarela y aceite de pistachos, bien presentada y buena combinación de sabores.

 Otro de mis compañeros eligió los canelones de pollo con bechamel ligera de ceps, estupendos y que fueron los claros vencedores en el duelo de entrantes. Muy bueno el relleno, muy buena la bechamel de setas y muy bueno el jugo del rustido, resultando en un conjunto fantástico.

 Por no repetir y para probar más platos me quedaban dos opciones, el huevo a baja temperatura con panceta, parmentier de patata, rúcula y aceite de trufa, que me pareció demasiado pesado para mi apetito de esa noche, y la ensalada de foie a la plancha con frambuesas y piñones que se puede ver debajo de estas líneas, donde la espuma o aire de frambuesas tapa un filete de foie marcado a la plancha que descansa sobre un lecho de hojas variadas. Todo estaba muy bueno por separado pero no acabé de ver que los diferentes ingredientes combinarán del todo bien.

 Para ver y probar todos los segundos platos, y dado que mis acompañantes se habían repartido los otros tres, pedí el a priori menos llamativo de todos ellos, el rape al vino blanco, con dos buenos trozos de pescado en una sabrosa salsa y bien acompañado por unas almejas, un muy buen guiso de pescado al que sus competidores/compañeros de menú dejaron en peor lugar del que se merecía.

 Si los canelones ya nos habían indicado que en esta casa dominaban el recetario de la cocina catalana más clásica , con el fricandó de ternera con cerveza y setas de temporada nos demostraron  que lo bordan, ¡que fricandó!, diría aquello de que era como el de mi abuela,pero, sin querer quedar muy mal con la familia, ya le hubiera gustado a mi abuela hacer un fricandó como este, ¡de rechupete! y aunque lo probamos todos, quien pidió el plato ya ha jurado no volver a comer fricandó en otro sitio que no sea este porque dice que ya nunca será lo mismo. Otra salsa que pedía pan a kilos, soberbia.

 La merluza con escabeche de mejillones y cilantro tal vez fuera sobre el papel un plato algo más moderno, pero edificado sobre unas bases sólidas fue otro triunfazo, con una salsa de vicio (otra más) que requirió reponer nuestras provisiones de pan una vez más.

 Y por último teníamos el cordero confitado al horno con setas de temporada, presentado como si fuera una terrina y nuevamente con una salsa estupenda,  que mejoraba una ya muy buena carne, tierna y sabrosa.

 Para los postres había que elegir entre dos opciones. La primera era una sopa de frutos rojos con helado de yogurt, servida en dos tiempos, y que como se puede ver, más parecía de frutos negros por la intensidad de su color, muy buena, en una combinación de sabores clásicos y que cada día me gusta más.


 La otra posibilidad era una espuma de crema catalana con helado de caramelo, en la que una crema muy ligera cubría el helado y una especie de galletas que aportaban un acertado contrapunto de texturas. Otro gran plato.

 Al final, con los vinos, los cafés y el Iva, ya que veo que no nos cobraron el agua (¡gracias!), nos salió por algo más de 41 euros por persona, un precio algo elevado para lo que estamos acostumbrados pero que a todos nos pareció muy razonable visto el nivel del restaurante, tanto de la cocina como de la sala, estupenda toda la noche, con un personal de lo más atento y amable, será que no estamos acostumbrados a sitios de tanta clase y nos parece extraño (je, je). Es por esto que me gustan tanto este tipo de iniciativas, ya que nos permite, a la "gente normal", acudir a locales que de otra manera serían prácticamente prohibitivos a nivel económico, por lo menos habitualmente claro, ya que no siempre puede darse uno un capricho de estos. De todas maneras, como este sitio me ha gustado mucho queda apuntado para una posible próxima ocasión especial.

El Racó d'en Cesc
http://www.elracodencesc.com/
C/ Diputació 201
08011 Barcelona
93 453 23 52 // 93 451 60 02 (mejor reservar)
de 13 a 16,30 y de 20 a 24 h excepto Domingos

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